En la actualidad los depósitos para inodoros consumen menos agua si los comparamos con los de hace 30 años atrás en donde por cada descarga realizada se utilizaban 12 litros de agua aproximadamente. Con los sistemas de doble descarga, los depósitos
Ferrum consumen 6 litros en descarga máxima y 3 litros en descarga mínima, y líneas como Andina, Temple y Milena solo 4,5 litros en descarga máxima y 3 litros en descarga mínima, valores claramente inferiores a los de 3 décadas atras. ¿Qué ocurre entonces con las cañerías principales? ¿La menor cantidad de agua que circula por la red incide en el calculo de las pendientes cloacales? La respuesta es no, ya que las cañerías trabajan por pendiente, pero si hay que hacer algunas salvedades. La Cañería principal como su nombre lo indica es lo importante. Su trazado debe proyectarse teniendo en cuenta las reglamentaciones. El principio fundamental es que
el líquido empuje todos los sólidos bajo las normas actuales en el calculo de las pendientes, ya que si nos apartemos de las normas se corre el riesgo de que se tape la cañería.
En caso de que el cálculo de pendiente nos dé 1.66 cm/m, la pendiente va a ser 1:60. Este valor es la mínima pendiente que puede tener la cañería. En caso de que el cálculo de pendiente sea 5 cm/m, la velocidad a la que se va a trasladar el fluido va a ser muy rápido, por lo tanto, no va a arrastrar a todos los sólidos y más aun teniendo en cuenta que las mochilas descargan menos agua por cada uso. Es decir, la máxima pendiente que puede tener la cañería es de 5 cm/m. 1:20. Por eso lo aconsejable es manejarnos con un pendiente promedio 1:33, es decir 3 cm/m. Además, la cañería principal de desagüe recibe el aporte del sistema de desagüe secundario entendiéndose como tal a los líquidos provenientes del lavado en general y de la higiene personal, lavatorios, bidé y zona de ducha. Dicho aporte favorecerá la circulación de agua por la cañería principal. En definitiva, si no nos apartamos de las normas en el calculo de las pendientes no habría inconvenientes de obstrucciones y taponamientos.
Por Alfredo Presas