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Que su consumo esté naturalizado en los grandes centros urbanos no significa que en otros tantos lugares no sea un bien escaso, una necesidad, un derecho. Dentro de un hogar, sin dudas el agua forma parte de la cotidianeidad, incide en la salud y en el confort de vida. En la cocina y el de baño es donde se concentra el mayor consumo de agua en el transcurso del día.
El agua escasea, aunque se pierda esa noción mientras salga de la canilla, de la ducha o llene la mochila del baño. Es una preocupación para científicos e investigadores, también para los gobiernos del mundo, especialmente porque los pronósticos y las tendencias actuales establecen que llegará el momento en el que el vital líquido se extinga para su uso humano. Estamos a tiempo, sí, pero sólo si tomamos conciencia de su cuidado y nos apoyemos también en los avances de la ciencia.
Con simples acciones, pero por sobre todas las cosas con la voluntad de querer mejorar, podremos llevar adelante este cambio para que las generaciones futuras no padezcan su escasez. Si tomamos en cuenta esos dos lugares de la casa, y consideramos otras tareas que requieren del uso del agua, podemos establecer un decálogo para su ahorro intensivo y constante:
1. Para lavar el auto, con 3 baldes de agua y una esponja es suficiente. Se ahorran 390 litros por lavado.
2. No abrir la llave del agua en su totalidad ahorra 16 litros de agua por día.
3. Bañar la mascota en lugares donde se necesite riego ayuda al medioambiente y además ahorra 20 litros de agua aproximadamente.
4. Regar el jardín en la mañana o en el atardecer. Con esto, las temperaturas más frescas evitan que el agua se evapore.
5. Vigilar y reparar si existe algún tipo de gotera o pérdida de agua en el hogar.
6. Aprovechar muy bien cada lavado de ropa. Así como no conviene sobrecargar el lavarropas tampoco es bueno hacer un lavado de pocas prendas.
7. Explicar a los chicos sobre la importancia del agua.
8. No dejar la canilla abierta esperando que salga agua fresca. En época estival, reservar agua en la heladera para que se mantenga fría y saludable.
9. Elegir alimentos locales y de temporada. Los productos procesados requieren para su elaboración mucha mayor cantidad de agua.
10. Usar detergentes biodegradables. Y en el caso de tener lavavajillas, utilizarlo con su carga completa.
Debemos garantizar para nuestros hijos y las generaciones venideras la provisión de agua potable. Es un consejo de FERRUM.
Alfredo Presas